El nacimiento



Ha de nunca olvidar el mitimae que se lleva dentro, por ti por el mundo!!



ACUERDATE...








De pronto se formo el cielo y se encendió el sol, luego una ola de silencio cubrió el mundo.

Parecía que la soledad trituraba los huesos, y se me estremeció el cuerpo.

Dentro de la inmensidad del bosque gris, donde nada traspasa, donde nada parece realmente importante, tomé asiento y respiré tan profundo como nunca antes lo había hecho. En ese momento y con la sutileza misma del viento sentí que no estaba tan solo, era uno y todos a la vez, como si mi suspiro y el de cada uno llenara de vida el lugar.

Distintas apariencias, pero con una mirada que me hace sentir que nos sabemos desde tiempos lejanos, imaginarios. Con una sed de nutrirnos de cada uno, de todos, de entregar, de comprender y de ser comprendido… -No quiero estar solo…- volví a sentir la soledad en mis huesos y descubrí que ya nunca podríamos seguir separados.

El viento empezó a soplar tratando de decir algo, como si su sabiduría nos arrastrara fuera del denso bosque gris, donde la niebla no tapara nuestros rostros y empezaríamos a reconocernos.

Así también descubrimos el río que junto con el viento nos limpia y nos llevaría lejos en busca de un rumbo.

El río sigue corriendo y a lo lejos se ve el lugar al que el agua nos conduce, parece ser una aldea a la que el viento llama La Tierra De Los Hombres Libres.

Las incertidumbres de un mundo donde todo es nuevo, las ganas de conocerlo y de crear nos van llenando mientras el camino se acorta…

La aventura comienza ahora



Siendo Mitimae

Que todo aquel que logró el estado del mitimae, la conciencia, el amor, la humildad, la sabiduría, la hermandad, la grandeza, la expresión, el equilibrio, el desapego... se encuentre en algún lugar del globo colonizando la Tierra de los hombres libres, nutriendo al hombre desde lo más profundo, salvando al mundo, mostrando el fuego, la tierra, el olfato, la sencillez, el sinfín, la vida detrás de la vida...

Que así sea.